En los talleres y encuestas realizadas a los productores de la zona del Pilcomayo pudimos comprobar que el saber de los pobladores respecto a la disponibilidad de recursos florales para las abejas está muy presente y es reconocido, siendo esto una herramienta fundamental. Las curvas de floraciones son la base de la estabilización de los sistemas apícolas y se realizan a través de la observación de las principales especies, las que deben ser registradas en época, intensidad y si es factible cantidad de días. Con los datos se confecciona un eje cartesiano y a través de las uniones de los puntos se elabora la curva. Una vez realizada las mismas se vuelcan las actividades relacionadas al manejo apícola para cada época según la oferta floral
Se presentan las curvas realizadas en los talleres donde asistieron productores que tiene relación también con el rio Bermejo, obteniendo como resultado una conjunción del saber local con lo técnico y logrando una herramienta importante de manejo para atenuar los efectos del cambio climático.
En los mismos participaron organizaciones apícolas del Gran Chaco Americano involucrados en los estudios de adaptación y resiliencia y otras organizaciones que no están en el proyecto
La tabla que se presenta fue confeccionada por una técnica territorial con las especies más mencionadas en la región chaqueña y constatadas en base bibliográficas de la región Pilcomayo y Bermejo (Salgado & Pire, 2000; Basilio & Noetinger, 2000; Salgado & Pire, 2004 y Salgado, 2006).
CURVA DE FLORACION PARTICIPATIVA
Pozo Hondo- Paraguay, Lote 8, María Cristina y Potrillo -Formosa - Argentina
En la curva de Floración se observa que las especies importantes están integradas por el palo blanco, quebracho colorado y blanco, mistol, algarrobo y chañar, las que empiezan a evidenciarse en los meses de julio con elevaciones lentas, que acorde a la realidad climática, esta puede caer en forma abrupta con alguna helada en agosto y luego empezar a elevarse nuevamente con una floración del 30% a mitad del mes de septiembre. Es el momento para realizar la revisión de primavera (categorización de colmenas y en caso que se precise estimulación) para tomar decisiones referidas a multiplicación y ver que está sucediendo en el nido de cría y evitar formación de enjambres. A su vez en el bosque nativo en estos meses, desde mitad de septiembre-octubre es cuando los enjambres empiezan a presentarse,,siendo éstos una fuente de material vivo para incrementar sus colmenas (práctica muy utilizada por los apicultores de la región chaqueña).
Es aquí donde hay que poner especial cuidado al crecimiento del nido de cría, ya que esto determinará el agregado de las alzas melarias para acopio de miel. El pico más intenso de floración se da en el mes de noviembre-diciembre (90%) que una vez cosechada arroja promedios de 30 a 35 kg de miel. Dependiendo de la humedad ambiental, intensidad de lluvias y temperaturas, la intensidad de la floración varía, pudiendo extenderse hasta el mes de enero, donde cae a un 50% para luego volver a elevarse en los meses de febrero y marzo con intensidades de un 75-80%. Muchos de los apicultores realizan una segunda cosecha en esta instancia con promedios similares.
La media total de producción es de 50kg por colmena por temporada en dos o tres cosechas